Existe una discusión (entre algunos aferrados) por definir al mejor vocalista de Black Sabbath, ¿Ozzy Osbourne o Ronnie James Dio? De entrada, podría decir que la polémica me parece irrelevante, como muchos colegas opinan, pero entonces tendría que terminar aquí mi texto y tampoco es esa la intención. Entonces haré el ejercicio de explicar porque Ozzy Osbourne es la mejor voz para la agrupación que lo inició todo, hablando de la música que tanto nos apasiona: el ‘heavy metal’.
En 1968, cuentan los que saben, cuatro muchachos de Birmingham formularon un plan maestro para escapar a la inminente triste realidad que los acompañaría por el resto de sus vidas en la grisácealocalidad que les tocó habitar. Toni Iommi lo sabía; trabajar en una fábrica, terminar en la cárcel o salir de ese lugar; la escapatoria fue el ‘heavy metal’.
A sus 18 años de edad, perder dos dedos en un accidente laboral no le impidió continuar con su sueño: tocar la guitarra. Y vaya que la inspiración (y el trabajo) le redituaron con creces. Cincuenta años después, seguimos hablando de Black Sabbath.
Iommi nunca abandonó el plan. Juntó a otros tres infortunados jóvenes de Aston, Inglaterra, para cambiarles la vida… a ellos y a millones de personas a partir de los 70.
Bill Ward (batería), Geezer Butler (bajo) y Ozzy Osbourne (voz) crearon la leyenda. Fue en 1970, que tras dejar las calles y encausar energías, grabaron lo que hasta hoy es motivo de culto: Black Sabbath y Paranoid, obras maestras de la música. La verdadera revolución había comenzado.
La cantidad de himnos y temas clásicos que acumuló la agrupación comandada por un guitarrista zurdo con los dedos mochos es vasta. Con esa primera alineación, los ingleses editaron 8 álbumes que se convirtieron pronto en legado. Diez años después de su primera producción de estudio, Ozzy decide probar suerte en solitario para darle paso a la voz estadounidense de Ronald James Padavona, mejor conocido como Ronnie James Dio.
El norteamericano había sido parte de grupos como Elf y Rainbow, pero en 1980 se une a Iommi y compañía para grabar uno de los mejores álbumes de la banda, Heaven and Hell. Un año después, grabarían Mob Rules, luego el en vivo Live Evil y no volvería sino hasta 1992 con el Dehumanizer. Todos, grandes trabajos. Pero sin duda, el acompañamiento de Dio al frente de Sabbath significó un giro en el estilo; hay quien dice que es aquí donde verdaderamente nace el ‘heavy metal’, o por lo menos, toma mayor fuerza.
La personalidad de Dio le vino bien al sonido de la banda, aunque finalmente también salió para hacer su propia carrera. Desfilaron luego voces como la de Ian Gillan (en un único disco, el tan criticado pero bien vendido Born Again), Glenn Hughes o Tony Martin. Todos de alto nivel.
Dio regresó en una segunda y hasta tercera etapa con Sabbath, mientras que Ozzy tuvo su propio reencuentro hasta 1998, con el glorioso álbum doble Reunion, material en directo que recoge lo mejor de grabaciones del 4 y 5 de diciembre de 1997 en el NEC, de Birmingham, con la formación original, acompañados por Geoff Nichollsen los teclados y guitarra. El disco además incluye un par de temas inéditos a esa fecha.
La historia de Ozzy con Sabbath se prolongaría hasta 2013, con la grabación del álbum 13 y su subsecuente gira. Por fin, fue la oportunidad para un servidor de estar en una de sus presentaciones. Y aunque en este nuevo regreso no se contó con la participación de Ward en la batería, se puede decir que Tommy Cufletos cumplió bastante bien. Tres años después, la banda británica repetiría la hazaña en el mismo escenario capitalino.
Pero volvamos al punto inicial, ¿Ozzy Osbourne o James Dio? ¡Ozzy! Ya dijimos que no es competencia y no tenemos por qué descalificar a uno u otro vocalista, ambos dejaron un legado importante en la música, con álbumes imprescindibles en la discografía básica de un buen ‘rocker’ y temas que han sobrevivido a la prueba del tiempo. Incluso podemos decir que Dio tiene mejor voz que la del “come murciélagos”, pero la historia es irrepetible; el origen está con el Príncipe de las Tinieblas en las sucias calles del pasado.
Osbourne recién cumplió 72 años el jueves pasado; el músico aún vive para contarlo. Dio murió hace ya una década, a los 67. Y no podemos olvidar a los otros miembros de la tremenda maquinaria musical; todos han dejado su huella y han sido pare de la gran historia, pero si tuviera que elegir, me quedaría con Ozzy como la voz de los cuatro jóvenes que un día decidieron olvidar su triste destino para crear el ‘heavy metal’.
Cuando fui joven y me preguntaba cómo me gustaría que sonara mi banda, siempre terminaba en Black Sabbath.
Por hoy es todo, mis queridos ‘rockers’. En el año de los gemelos, se cumplen 50 de los primeros dos álbumes de estudio de Sabbath y 40 del Heaven and Hell; está claro que Sabbath ya no tiene nada que demostrar ni mucho por decir, así que solo nos queda celebrar, ¡y que viva el ‘heavy metal’!
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