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Transformación digital

JUAN MANUEL GONZÁLEZ

La transformación digital no es solo acerca de la tecnología. El éxito involucra mucho más que el simple procuramiento de vendedores competentes bien entrenados. Las iniciativas de transformación digital no solo dependen de los líderes de tecnología y de los equipos humanos de tecnologías de información. 

De forma muy clara, la transformación digital ya no es una opción sino un imperativo. Investigaciones recientes de Accenture -empresa ubicada en Irlanda que ofrece servicios de consultoría digital-, encontraron que en los tres años previos al año 2018, las empresas que lideraron en la adopción digital, crecieron dos veces más que aquellas que se rezagaron. Hoy, esas empresas lideres, están creciendo cinco veces más rápido. El riesgo de no transformarse digitalmente no es quedarse atrás, sino que las eliminen totalmente. 

Estamos desesperadamente necesitados de un cambio de enfoque, necesitamos hacer algo más que solo implementar tecnología. Los objetivos básicos tales como la optimización de costos y las mejoras de procesos ya no deben ser la meta óptima. Los líderes deben inspirar y empoderar su organización completa para reimaginarse con coraje su ambiente de trabajo, las necesidades de los clientes, la oferta de productos e incluso, el propósito de la empresa. 

Las empresas mexicanas que solo viven el día a día sin enfocarse en la visión futura de mediano y corto plazo corren mucho riesgo de estancarse. Los cambios hoy son más vertiginosos y lo serán más cada año que pase. Tan importante como las ventas y el día a día de las empresas, así debe ser su visión para permanecer competitivas. Los lideres de las empresas, quienes las dirigen, deben estar conscientes de que la transformación digital es diferente a la innovación. 

La tendencia digital en las décadas anteriores ha sido nada menos que un fuerte temblor de tierra. Comercio electrónico, medios sociales, internet móvil e incluso la transmisión de videos no impactaron en los negocios sino hasta hace diez años. Hoy estos elementos mencionados son componentes muy significativos del ambiente competitivo de cualquier empresa. 

Aceptar la tecnología e involucrarse en ella. No debe sorprendernos que, con la tecnología avanzada disponible hoy, tales como robótica en automatización de procesos, aprendizaje automático -machine learning-, computo en la nube y mucho más, los lideres se pierdan entre todas estas posibilidades increíbles. Por lo tanto, la transformación digital no se trata solo de innovación, se trata de lograr mejores resultados de negocios. 

Una buena forma de iniciar la transformación digital es que los lideres y equipos humanos de las empresas se pregunten ¿Cómo pueden servir mejor a sus clientes por medio de tecnología más rápida y flexible? O ¿Cómo pueden fomentar la inteligencia artificial para mejorar las experiencias del personal y retener el talento? Una vez identificadas las metas se pueden enfocar en las decisiones tecnológicas que les permitan seguir siendo competitivos. 

Como en todos los cambios que suceden en las empresas, es la resistencia. El statu quo siempre ha sido muy cómodo, las personas quieren seguir exactamente como están en sus empresas. Sin embargo, ninguna empresa es monolítica. Siempre, también, hay personas entusiastas dispuestas a cambiar y estas personas pueden ser identificadas y apoyadas para que fomenten el cambio. Se debe empezar la transformación en las áreas en las que estén la mayor cantidad de personas entusiastas por el cambio. 

Toda transformación implica sentido, visión y destino claros. Los lideres del cambio deben articular bien ese sentido, esa visión y ese destino, pero a las personas en general les resulta difícil aceptar la transformación por temor a fracasar en ello. Muchas de estas personas requerirán ver algunos pequeños triunfos de la transformación ante de comprar la idea de transformación. Por lo anterior, se recomienda iniciar la transformación con un cambio suave que prepare el camino para la gran transformación La tecnología no es un fin en sí misma. 

La tecnología debe estar al servicio de la empresa. El valor real de la transformación digital no se logra con una u otra iniciativa en particular. La meta final debe ser la reinvención del negocio a gran escala que permita a la empresa cambiar la forma de crear, entregar y capturar valor en el mercado en el que está. 

Finalmente, el uso más poderoso de las herramientas digitales no es para bajar costos, crear eficiencias o ser más ágiles, sino para hacerse preguntas fundamentales diferentes, explorando nuevas posibilidades para resolver problemas complejos que causen más impacto positivo en los clientes, en los empleados y en la comunidad a la que sirven 

Fuente de referencia: Harvard Business Review. [email protected]

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