POSADA TERCERA.
Si tu corazón es toro
le temerá el Niño Dios,
Igual tendrá miedo el Niño
si tu corazón es león.
Pero a lomos de un burrito
viajó nuestro Redentor
cuando fue a Belén la Virgen
que en su seno lo llevó.
Si quieres llevar al Niño,
y que en ti viva el Señor,
no tengas dentro del alma
fiero toro o león feroz.
Vuélvete manso y humilde,
y sea tu corazón
franciscano borriquillo
como aquel de Juan Ramón.
AFA.
¡Hasta mañana!...