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Metáfora Ciudadana

Dignidad y cortesía entre adversarios honorables

LUIS ALBERTO VÁZQUEZ ÁLVAREZ

452, Atila, rey de los hunos, llamado "El azote de Dios" y del que se decía que donde plantaba su pie jamás volvía a crecer hierba alguna, se apresta a asaltar y destrozar Roma con su gigantesco ejército invencible. En Mantua el Papa León I logra entrevistarse con él. ¿Qué dialogaron? ¿Qué se dijeron? No existen registros, lo que sí está preciso es que Atila, después de una cordial charla con el pontífice, se retiró y jamás asaltó la llamada "Ciudad Eterna", que se salvó gracias a una actitud de cortesía de quien se aseguraba no perdonaba jamás vida alguna.

La cortesía es una demostración edificante que manifiesta deferencia, respeto o tolerancia incluso contra aquello que no se está de acuerdo. Engendra un fenómeno cultural que implica comportamientos humanos sustentados en valores como solidaridad y justicia social; permitiendo que los miembros de una comunidad encuentren sus relaciones relajadas, cómodas, sin actos que dimanen vergüenza. También se considera como la esencia de una actividad oratoria ante un público numeroso al que se trataba de convencer, conmover o impresionar. Exige expresar una conducta que valide y complete en su actuar ejemplos de modestia, honestidad, decoro, encomio, generosidad; en fin, actos que dignifiquen a las personas, aún y cuando estás no sean convergentes en campos políticos, ideológicos, religiosos y hasta entre militares que son enemigos.

Cuando se unen cortesía y respeto a la dignidad humana, enaltecen todo acto. Vr.gr: A su llegada a París en 1911, tras su destierro, Porfirio Díaz fue invitado al mausoleo de Los Inválidos; llegaba a la nación que él había derrotado en guerra 44 años atrás. Ahí le rindieron honores de héroe; le mostraron para que empuñara la espada de Napoleón I; la sujetó mencionando que era indigno de tal honor; La respuesta del mariscal galo "Nunca ha estado en manos más dignas desde la muerte del corso". Con un grupo de soldados franceses veteranos de la invasión a México y a los cuales Porfirio Díaz había combatido y derrotado en 1867, departió animosa y agradablemente como caballeros, ambas partes olvidaron aquellos tiempos belicosos. Un ejemplo de dignidad excepcional entre hidalgos.

En su proscripción, Porfirio Díaz obtuvo reconocimiento global por líderes europeos que lo admiraban considerándolo un estadista insigne por sus gigantescas obras realizadas en México y por su economía fuerte, como mantener al peso sólido; logros que en México se le criticaban y menospreciaban. Su sencilla capilla/tumba en el panteón de Montparnasse sigue recibiendo visitas y muchos mensajes, la mayoría positivos; algunos amargados 100 años después siguen insultándolo; traumados que estallan berrinchudamente con furia por la creación y construcción de tantas obras majestuosas como ferrocarriles y electrificación de ciudades, entre otras que llevaron a México a figurar entre las primeras naciones del mundo, obras completadas, no simples maquetas o bardas.

Tristemente hoy convivimos con personas sin propuestas provechosas; escuchamos continuamente embustes y hostilidad. Sobresalen y publicitan a quienes muestran más resentimiento al adversario político. Mientras más baja es una condición intelectual más odio regüelda; si la mente está vacía, su característica es la vulgaridad y la corrupción. Así se observa que a menor cociente intelectual mayor nivel de insultos; más furor mostrado con palabras soeces contra adversarios y amigos, a quienes se designa con expresiones de intolerancia; nada que ofrecer solamente mendacidades.

Antiguos amigos se malquistan cuando ya no fraternizan en ideología partidista; vemos textos redactados por quienes primariamente eran opositores políticos, hoy imbricados por un titiritero; se felicitan y alaban entre sí con fatuidad ridícula en mutualidad de elogios y hacen el fuchi a otros examigos que no opina como ellos; de carcajear hasta el desquicio por tales rabietas e infantiles actitudes. Ante tales muecas "Demasiada cortesía, es falsía." ¿Qué pasará si sus partidos originales vuelven a ser opositores entre sí?

Las personas nobles cuando no congenian tampoco injurian ni denigran; usan la inteligencia para convencer de sus razonamientos; el crítico inteligente utiliza la pausa en sus expresiones mientras denuncia las farsas en su contra. A mayor jerarquía mental, menor rencor. Cualidades esenciales del ser honorable es caminar junto a los demás a partir de donde los caminos se unen hacía el sincero respeto a la dignidad.

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