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Ensayo sobre la cultura

Todo educa

JOSÉ LUIS HERRERA ARCE.-

Ya dijimos que la educación comienza en la familia. Lo que haga la madre, el padre, la abuela o la nana, va a influir en la vida futura del niño. La madre o la abuela son quienes nos enseñan a rezar y a través de este acto, nos conectan con el mundo religioso. Esto pertenece a las tradiciones familiares. Cuando en la familia no hay costumbre religiosa, las nuevas generaciones difícilmente tendrá interés por asistir a la iglesia o hacer algún otro ritual, a menos que haya alguna otra razón que los acerque como pueden ser las fiestas del barrio o la comunidad. Algunos reducen la religión a un ritual en especial, como puede ser la fiesta de la virgen de Guadalupe y nada más.

Los actos cívicos también tienen intenciones educativas. Todas las ciudades cuentan con monumentos que nos recuerdan a los héroes; Hidalgo, Morelos, Juárez, Madero, Villa; o personajes que tuvieron alguna relevancia en la historia de la ciudad, región o país. Al toparse con ellos, el niño y el joven tendrá preguntarse quién es el personaje y alguien se lo explicará. Lo mismo las calles están llenas de nombres que nos refieren a la historia. A ellos se agregan los santos que nos podemos encontrar en las iglesias y de quienes podremos aprender alguna historia.

El barroco, en el renacimiento, utilizaba de las imágenes con fines motivacionales para lograr un impacto en los fieles. Hubo toda una discusión sobre si es válido utilizar o no un ícono como representación de un ser superior. Yo estoy a favor de su uso. Me gusta mucho la pintura y la escultura cuando resultan inspiradoras. Hay muchas teorías sobre el símbolo, los signos y los lenguajes que se forman con ellos. La misma utilidad tiene el monumento cívico, o el mural; recordemos a nuestros grandes muralistas. Es una manera de sentir la historia.

En torreón, a nadie se le ha ocurrido hacer una naza. ¿Porqué una naza? Era el artefacto que utilizaban los indígenas para la pesca en el río que nos da la vida, el Nazas. La juventud actual no tiene en donde verla.

Las fuentes también pueden ser un medio educativo cuando parten de un tema para su construcción, La de Cibeles, en España y en Guadalajara, por lo menos ya nos crean la inquietud de conocer de que personaje se trata. Además, una fuente hace el espacio más agradable, cuando está inteligentemente construida.

En eso de las fuentes he aprendido que hay fuentes que crean tranquilidad, las musulmanas. Las de chorro son más escandalosas, son las occidentales que siempre les gusta llamar la atención, la espectacularidad.

Los edificios también pueden educar sin la necesidad de ser monumentos. Desde la arqueología nos enseñan que se puede aprender mucho de las comunidades analizando sus construcciones, lo mismo que los objetos que utilizaba. En muchos de ellos, se nos da la cosmovisión de los pueblos. Los edificios públicos, como los mercados, también debieran de servir para mostrar algunos hitos importantes en nuestra cultura. Con Vasconcelos aprendimos que las paredes son para pintarse.

Las antiguas plazas tenían quioscos y en ellas se tocaba música, o servían para dar discursos y hasta se podían ofrecer certámenes de poesía. Ahora en las plazas se hacen bailes, y eso está muy bien, pero debería de recuperarse otros usos que acercan a los ciudadanos a algunas manifestaciones artísticas.

Las posibilidades de los medios de comunicación son infinitas. De niño, sin saberlo, me aficioné a la música clásica por la influencia de mi padre que la oía y por algunos de los programas de televisión que la utilizaban en sus entradas. Por ejemplo, el Llanero solitario, utilizaba la obertura de Guillermo Tell; patrulla 57 utilizaba la sinfonía del nuevo mundo de Dvorak, las caricaturas de Tom y Jerry jugaban mucho con las danzas húngaras.

Por los sesenta había programas de teatro, como el de Gazara o Manolo Fábregas. Después todo quedó en telenovelas que es un género. Cuando existía el canal 13 como televisora estatal, se adaptaron libros a telenovela; como los miserables.

Ahora existen las opciones de los servicios de películas y series extranjeras como Netflix y otras. De vez en cuando das con una buena serie de historia o de personajes, así como documentales. Acabo de ver una sobre Roma: Domina; hay varios sobre el tema. Hay otra sobre Leonardo Da Vinci. Sobre la guerra de las rosas de Inglaterra. En muchos lados se puede aprender.

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