Hoy comienza la serie por la supremacía única de todo el basquetbol profesional cuando las escuadras de Warriors y Celtics se midan en unas Finales que solo cuando la escuadra de la costa oeste tenía el nombre de San Francisco Warriors y que fueron derrotados por sus rivales de hoy en 1964, no se habían enfrentado por la máxima gloria del "deporte ráfaga" y que, dadas las circunstancias a como fue el desenlace de la Conferencia del Este, parece que el conjunto de Boston es el que se encuentra más motivado ya que, teniendo en sus manos el pase a esta situación y teniendo el sexto juego en su duela, habían dejado escapar la oportunidad de coronarse en dicha conferencia en casa y que, sin lugar a dudas, se corría un riesgo mayor al visitar nuevamente al Calor en la Florida en el partido decisivo pero todo indica que aquí no se aplicó la famosa frase de "hogar dulce hogar".
Mucho se ha hablado acerca de la caída y el ascenso dramático de Golden State que fueron eternos finalistas de la NBA y desde luego, que es una historia convincente, con varios jugadores estrella como Stephen Curry, Klay Thompson, con Kevin Durant en su momento que sufrieron lesiones importantes y la organización en su conjunto, tuvo que realinear su visión y objetivos y el cambio de rumbo de la escuadra que dirige Steve Kerr al que hay que aplaudir después de la tragedia que ocurrió en una escuela primaria y que, en esos momentos, el equipo se encontraba jugando en Dallas por la final de la Conferencia del Oeste y que no estaban muy lejos de donde sucedió la desdicha, se armó de valor dando un mensaje para los Senadores de la Unión Americana y que, tomado en consideración su último juego de Finales en 2019 hasta el Juego 1 el jueves pasado, habrá tomado 1,085 días para completarse mientras que los Celtics, habrán tenido 4,368 días entre apariciones en las Finales, que se remontan a su derrota en el juego 7 ante los Lakers en 2010.
Parte de lo que llama tanto la atención de la escuadra de la bahía, es que el equipo sigue teniendo el mismo núcleo con Curry, Thompson, Draymond Green, el entrenador Steve Kerr de su primer título en 2015 pero el regreso de los Celtics a este momento, requirió más ingenio, creatividad, apuestas y cómplices involuntarios en armar una lista capaz de desafiar nuevamente al más alto nivel de la liga.
A Boston le tomó 12 años, tres entrenadores, dos directores ejecutivos de baloncesto diferentes, la rotación de personal de jugadores dos o tres veces y, sin embargo, con solo un año fuera de los playoffs, el equipo se ubica a cuatro victorias de su décimo octavo título de la NBA mientras que los ahora flamantes monarcas del Oeste y después de despachar a Dallas en cinco juegos de las finales de la mencionada conferencia, Golden State asegura su sexta aparición en las Finales de la NBA en ocho años y a pesar de que han pasado solo dos temporadas entre las apariciones en las Finales, para los Warriors, se siente mucho más tiempo.
Y es fácil ver por qué considerar lo que le sucedió al equipo desde su última aparición en las Finales en 2019 donde perdieron a un agente libre clave Kevin Durant y absorbieron las lesiones superpuestas de sus tres estrellas restantes como Stephen Curry, Klay Thompson y Draymond Green y experimentaron un progreso mixto con sus jugadores jóvenes en el cual, todos esos factores contribuyeron a que las temporadas terminaran con el asombro de muchos, en el Draft de la NBA de 2019-20 y el Torneo Play-In, una campaña después.
Y desde entonces, los Warriors han regresado a un entorno más familiar con la convicción de que pueden agradecer a Curry, Thompson y Green, pero también pueden estar satisfechos con la forma en que manejaron los momentos clave después de la derrota de las Finales de 2019 ante los Toronto Raptors.