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La columna del perro

Encuentro con el pasado

M.V.Z. MIGUEL DÁVILA DÁVILA

Hay ocasiones en la vida en que las cosas se complican, van mal y a veces se ponen peor. Pero hay otras en que de repente tienes ocasión de encontrarte con sucesos o personas que son de bien y que de inmediato haces "click" y platicas con ellas como si se conocieran mucho, de tiempo atrás y esto a veces es solo empatía espontánea.

El caso es que me topé con Óscar, quien me recordó una anécdota que sucedió más o menos en 1984, cuando yo recién empezaba la práctica de mi carrera en nuestra primer Clínica Veterinaria, en la calle Sertoma y avenida México donde hoy es la colonia Granjas San Isidro.

Resulta que Óscar, llevó a su querida perra "Lady" a darle eutanasia, esto muy a su pesar pues él es un amante de corazón de los animales, este amor tal vez sea para expiar la pena de no haber sido Médico Veterinario, debido a que su mamá se lo prohibió temiendo que su hijo fracasara económicamente en la vida al escoger esta profesión, ya que por aquellos entonces esta carrera para algunas personas era considerada "de segunda".

Óscar trabajó mucho desde chico, al igual que sus hermanos y siendo preparatoriano por orden de su mamá se puso a trabajar vendiendo burritos, siendo precursores en la venta de estos aquí en la Laguna.

Trabajó duro, hasta reunir la cantidad de $800.00 que fue lo que le costó la cachorra Pastor Alemán que compró el 25 de Agosto de 1979.

La "Lady" creció y como todo perro, come, ladra, huele, suelta pelo, ocupa lugar, tiene un costo económico, se enferma etc. La mamá de Óscar, como todas las mamás de antes, muy estricta y aleccionadora no perdía la oportunidad para quejarse por todo lo que la "Lady" hacía o dejaba de hacer, al grado de que Óscar quien había comprado y llevado a su casa a la perrita Pastor en cuestión, decidió acabar con el problema de una vez por todas, decidiendo poner a dormir a su fiel compañera. Me recuerda que al plantearme a mí el problema por aquellos entonces le dije: "¿estás seguro, de lo que dices? Piensa bien la decisión que acabas de tomar", y él firme en su decisión, se despidió de ella y se retiró para estar solo por ahí, cavilando en lo que acababa de hacer.

Al llegar a su casa su mamá y sus hermanos Arturo y Chuy, quienes por aquellos entonces vivían en la colonia Nueva los Ángeles al final en la privada Cárdenas, le preguntaron por la "Lady" y él les platicó lo que había hecho, y nadie estuvo de acuerdo incluyendo a su mamá y su hermano Chuy, quien es su gemelo, fue a la clínica por la tarde a hablar conmigo encontrándose con la agradable sorpresa de que su perra no había sido sacrificada, pues su servidor, decidió darle otra oportunidad de vida.

Hoy hace 32 años, recordando aquella anécdota, Óscar quien no fue veterinario, convertido ahora en un exitoso Contador Público, esposo, papá de dos excelentes hijos y económicamente mucho pero muchísimo mejor de cuando orgullosamente vendía burritos y soñaba con ser Veterinario.

"Los tiempos de Dios son perfectos", tan es así que Óscar es ahora una excelente persona, exitoso mejor amigo y por demás solidario con sus cuates que atraviesan por pruebas muy fuertes, que la vida les ha puesto, pues que caray para eso son los amigos.

Me quedo con un gran recuerdo, pensando que cualquier día y sin proponérselo uno puede cambiar la vida de alguien para bien, gracias Óscar por recordármelo y saber que todavía hay personas de bien y por eso, solo por eso... Óscar, Dios bendiga a tu esposa a tus hijos y a ti.

Y ahora para terminar una gota de filosofía:

CAE MÁS PRONTO UN HABLADOR QUE UN COJO.

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