Tenía 73 años cuando una ráfaga de viento lo desestabilizó de una altura de 30 metros mientras atravesaba un cable, entre dos hoteles de Puerto Rico.
Karl Wallenda era el patriarca de una familia de acróbatas integrada por varios miembros.
Los Gran Wallenda eran famosos por sus habilidades acrobáticas, pero sobre todo por trabajar sin red.
Pocos días antes de morir, el gran Karl había dicho que "Lo verdaderamente importante es hacer bien el trabajo. La muerte es una posibilidad, pero pasa. La gente que nos ve quiere vivir un espectáculo y nosotros pensamos en eso".
Hacer bien el trabajo, incluso hasta límites increíbles como trabajar sin red parece una locura, pero muestra claramente hasta qué punto puede llevarse el involucramiento.
¿Qué significa trabajar sin red?
Es estar comprometido con lo que tenemos que hacer, más allá de los soportes, independientemente de los obstáculos. Ese compromiso permite trascender. Nos hacemos cargo. Actuamos con responsabilidad. Es decir, respondemos con habilidad.
Hace años estaba en la costa de vacaciones con mi familia. Hubo un episodio dramático, un salvataje. Participaron varios guardavidas en el rescate de un hombre al que había llevado mar adentro, su imprudencia y la corriente. Los héroes nadaban con olas temibles, viento, la expectativa de una multitud congregada en la playa. El hombre levantaba su brazo, desaparecía y reaparecía en la lejanía. Hasta que uno de los rescatistas pudo asirlo y regresar con él. Era una maratón contra el tiempo y la inclemencia del océano. No permitió que nadie lo reanimara. Sólo él. En su lucha encarnizada contra el ahogo. "Es mío" exclamaba frente al estupor de los espectadores.
Hasta que logró reanimarlo y los aplausos resonaron como piedras ante tanto dramatismo.
Los artistas verdaderos vibran con la creación más que con el aplauso.
Trabajar sin red es asumir riesgos, jugar a la ofensiva en vez de a la defensiva. Es pensar en los desafíos en lugar de los miedos.
Para trabajar sin red es posible que se requiera una dosis de locura, algunos dirán de imprudencia. Tal vez sea cierto.
Nadie puso un mojón en el desierto escuchando a los analistas previsores. La audacia, el valor de la palabra, el orgullo por lo realizado, son ejes que impregnan a quienes trabajan sin red.
Estar cerca de los que viven su tarea de esta manera es aleccionador, inspirador.
En nuestras empresas, las personas están tan preocupadas por pasar el tiempo que muy pocos piensan en hacer bien el trabajo.
Cuando alguien está involucrado con lo que hace encuentra el modo de trabajar sin red.
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