Malas prácticas, abortos inseguros, castigos legales, acoso médico, eran algunas de las condiciones que atravesaban las mujeres que abortaban antes de que fuera legal en Coahuila. Ahora que ya es un derecho constitucional, la pregunta es: ¿A qué se enfrentan?. (JOSÉ DÍAZ)
Ocho meses antes de que se despenalizara el aborto en Coahuila, María, como la llamaremos para proteger su identidad, falleció por decidir interrumpir su embarazo de manera clandestina.
Un hombre que, usurpando la identidad de un médico cirujano que había fallecido desde julio de 2017, la asistió y le realizó maniobras que le perforaron el útero, acción que la llevó a la muerte.
Según registros de la Jurisdicción Sanitaria No. 6, la mujer tenía 30 años de edad y 10 semanas de embarazo cuando decidió abortar en un sitio ubicado en la planta alta del domicilio marcado con el número 1062 de la avenida Juárez de Torreón, el cual, según autoridades sanitarias, se encontraba en condiciones insalubres.
En la receta apócrifa, a la que tuvo acceso este diario y que se presume le fue prescrita después de que se le practicara el aborto, se puede leer el nombre del médico fallecido José N, su cédula profesional, el teléfono, la dirección, el RFC y una firma aparentemente falsa.
También la hoja revela que el supuesto médico le recetó: dos ampolletas de Sacarato de óxido férrico (venoferrum) utilizadas para el tratamiento de la anemia ferropriva y una caja con ampolletas de 2 ml de Clonixinato de lisina caja con ampolletas de 2ml, un analgésico y antiinflamatorio.
Sin embargo, el proceso quirúrgico le provocó graves lesiones orgánicas y María tuvo que ser hospitalizada de emergencia. Finalmente su deceso ocurrió el 8 de enero de 2021 en una clínica privada de Torreón. Las causas, se supo, fueron: choque séptico, choque hipovolémico y aborto.
Se trató de la primera muerte materna reportada en ese año por la Jurisdicción Sanitaria No. 6 de la Secretaría de Salud de Coahuila.
A tres años y medio del suceso, la Fiscalía General del Estado informó que existe un expediente con el número 00002/TOR/ULPRC/2021 relativo al caso, asimismo, a través de una respuesta por transparencia, aunque no se otorgaron detalles, se reveló que la investigación sigue en trámite.
Otro caso es el de Sara, a quien también se le suprimió su verdadero nombre. Tenía 18 años de edad cuando se enteró que estaba embarazada. Como al principio sí fue apoyada por su entonces pareja decidió que llevaría adelante su proceso. Fue hasta que él le dijo que no se haría responsable cuando optó por no continuar.
“Tenía ocho semanas cuando empecé a buscar la forma de abortar porque no me sentía lo suficientemente madura como para traer un bebé sola al mundo, ni siquiera tenía buena economía, ni nada que ofrecerle”, compartió.
Buscó ayuda por Facebook y se cruzó con la labor de Acompañantes Laguna, una colectiva que asiste a mujeres en el proceso de un aborto seguro. Se comunicó con una de las integrantes y así accedió a las pastillas para interrumpir su embarazo.
Todo marchaba en orden, hasta que comenzó a sangrar, y aunque se trata de un efecto secundario normal, Sara se asustó y optó por comunicárselo a sus papás. Ellos sabían que estaba embarazada, pero no que había tomado pastillas abortivas.
De urgencia llamaron a una ginecóloga, quien le suministró un medicamento para detener el sangrado, cosa que no funcionó pues las otras pastillas hicieron su efecto y el aborto ocurrió. Era 2020, tiempo en el que aún no era legal interrumpir un embarazo en Coahuila.
Por eso, en la clínica privada donde la atendieron fue acorralada y cuestionada por el personal médico, buscaban que confesara que ella se lo había provocado. Sara lo negó, y como las pastillas que se había tomado no son detectables optaron por hacerle un legrado, procedimiento que, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), ya es obsoleto por generar diversas complicaciones como laceraciones cervicales, perforación uterina, entre otras. Actualmente un documento de la Secretaría de Salud, denominado Lineamiento Técnico para la atención del aborto seguro en México, emite que no es recomendable.
Ya pasaron cuatro años de aquel suceso, ahora Sara tiene 22 y, por teléfono, comparte a este diario que festeja el que ahora las mujeres en Coahuila ya tengan el derecho de decidir sobre su cuerpo.
En su caso, María perdió la vida, y Sara fue sometida a un procedimiento innecesario que pudo haber ocasionado daños graves a su salud. Ambas mujeres decidieron abortar desde la clandestinidad, en un tiempo en el que en Coahuila aún era considerado un delito.
Por ejemplo, antes de que se despenalizara, según información obtenida por transparencia, del 2016 al 2021, la Fiscalía General del Estado de Coahuila inició 26 expedientes por el delito de aborto, de esos, ocho se presentaron en Torreón. Sin embargo, la misma dependencia aclaró que no había registro de personas encarceladas por ese motivo.
Malas practicas, abortos inseguros, castigos legales, acoso médico, eran algunas de las condiciones que atravesaban las mujeres que abortaban antes de que fuera legal en Coahuila. Ahora que ya es un derecho constitucional, la pregunta es: ¿A qué se enfrentan?
ABORTAR EN COAHUILA YA ES LEGAL
El 7 de septiembre de 2021 un grupo de 40 mujeres celebraron juntas en La Plaza Mayor de Torreón. No, no se trató de un logro deportivo de ningún equipo local, la plancha de cemento no fue tapizada por eufóricos aficionados. Al lugar se congregaron sólo 40 mujeres, quienes abrazadas y sonrientes festejaron el haber logrado acceder al derecho de decidir sobre su cuerpo.
Fueron ellas, y otras feministas más, las que impulsaron desde el Congreso de Coahuila que el aborto fuera despenalizado, fueron ellas las que consiguieron que el artículo 196 del Código Penal de la entidad, que sancionaba a las mujeres que interrumpían un embrazo de forma voluntaria hasta con tres años de cárcel, fuera invalidado.
Lo anterior fue una lucha larga, que, incluso, trascendió a nivel federal. Gin, integrante de Acompañantes Laguna, colectivo feminista que desde hace ocho años trabaja en pro del aborto seguro, y una de las mujeres que celebró aquel día histórico en la Plaza Mayor, comparte para este reportaje que ellas (las feministas) sólo buscaban que interrumpir un embarazo de forma voluntaria fuera un asunto legal en el estado, se sorprendieron cuando, dijo, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) también declaró como inconstitucional la penalización del aborto en Coahuila, por lo que los artículos 196, 198 y 199 de su Código Penal quedaron inválidos. Así, la entidad se convirtió en el quinto estado en el país en permitir el derecho de las mujeres a decidir sobre su embarazo.
La SCJN resolvió por unanimidad de diez votos que es inconstitucional criminalizar el aborto de manera absoluta, y se pronunció por primera vez a favor de garantizar el derecho de las mujeres y personas gestantes a decidir sin enfrentar consecuencias penales.
“Nos fuimos a la Plaza Mayor, éramos como 40 muchachas, todas estábamos contentas porque fue algo muy grande en la lucha por nuestros derechos sexuales y reproductivos”.
Gin recordó que mientras en México se dieron pasos agigantados en el tema, el país vecino, Estados Unidos, revocó su propia e histórica sentencia de 1973 conocida como Roe vs. Wade, el precedente legal que garantizaba el derecho a la interrupción voluntaria del embarazo a nivel federal, es decir, ese derecho constitucional fue eliminado en el país de las barras y las estrellas tan sólo nueve meses después de que se lograra la despenalización en Coahuila.
En cambio, en septiembre del año pasado la misma SCJN despenalizó el aborto en todo México y declaró inconstitucional la prohibición actual del procedimiento en el Código Penal. Sin embargo, en gran parte de los congresos locales aún no han derogado el delito de aborto autoprocurado y consentido. Actualmente sólo en 13 de los 32 estados ya es legal. Jalisco fue el último estado en incorporarse a esta lista.
Aunque en Coahuila desde hace tres años interrumpir un embarazo ya no es motivo de cárcel, según una encuesta aplicada por esta casa editora, que tomó como muestra a 54 mujeres, el 48.1 por ciento contestó que ignoraba que abortar ya no era una causa penal en el estado.
Para desdoblar el tema e indagar sobre cuáles son las condiciones que enfrentan las mujeres que buscan acceder a un aborto seguro en La Laguna, este diario investigó, primero, en qué unidades de salud pública de la región se ofrece el servicio de ILE (Interrupción Legal del Embarazo), segundo, entrevistó a Erika Chávez Herrera, encargada del programa de Aborto Seguro en Torreón y tercero, consultó a integrantes de Acompañantes Laguna, mujeres que han atendido y observado la problemática desde primera línea.
ABORTO SEGURO EN COAHUILA
“¿Sabes en qué clínicas de Torreón se puede realizar un aborto seguro?”, fue otra de las preguntas que que se lanzó en la encuesta aplicada para este reportaje, el 83.3 por ciento de las mujeres contestó que no.
Y es que, a primera vista, en la región no hay promoción sobre el tema. En un recorrido realizado por varias dependencias de salud públicas de Torreón, este diario se percató que no hay información oportuna al respecto. Sólo en el Hospital General persiste una hoja pequeña que dice que los informes sobre aborto seguro se otorgan en trabajo social. Asimismo, en la página oficial de la Secretaría de Salud de Coahuila no se localizó información al respecto.
Por otro lado, aunque poco se promueve, actualmente existe el Programa de Aborto Seguro de la Secretaría de Salud, del cual se desprenden los Servicios de Aborto Seguro en los Servicios Estatales de Salud; en Coahuila, según una última actualización del 8 de marzo del 2024, se ubican seis unidades que ofrecen esta atención, una de ellas es el Centro de Salud Urbano Abastos asentado en Torreón.
Al acudir al lugar se observó que no cuenta con nada, llamase lona, carteles, o volantes que indiquen que ahí se ofrece el servicio para interrumpir un embarazo de manera segura y gratuita.
La ginecóloga Erika Chávez Herrera, quien ocupa un discreto y pequeño consultorio dentro del centro, informó que desde el 2022 ella es la delegada del programa Aborto Seguro en Torreón, que, cabe mencionar, recibe una inyección de recursos federales para su funcionamiento y que dijo, “consiste en ayudar a la paciente. Aquí no nos interesa la causa de su interrupción, sólo se le da la atención y el seguimiento. Tiene que tener menos de 12 semanas de embarazo, eso sí es importante. Se le da primero una cita con el médico general, luego la pasamos acá conmigo para hacer todo el asesoramiento, se les brinda el medicamento, el cual varía en dosis según las semanas que tenga. (Después) se cita a los 10 días o una semana para una revisión general”.
La toma de las pastillas, y el proceso en sí, las mujeres, aclaró la doctora, lo viven desde su casa. La atención que ofrecen es gratuita y la brindan de lunes a viernes de 8 de la mañana a 2:30 de la tarde. “Aquí se les da la atención, se les asesora y se les acompaña”.
Por año, aunque dijo no contar con el dato oficial a la mano, la ginecóloga calculó que, en promedio, atiende a 300 usuarias. “Entre 300 y 320, estamos hablando de casi una por día. Las edades que más se lo practican (el aborto) van de los 20 a los 35 años. Menores de edad casi no tenemos, son muy pocas, y las que he atendido en estos dos años que tengo aquí, han sido como unas cinco, y generalmente son por una IVE (Interrupción Voluntaria del Embarazo)”.
Cabe mencionar que todo el país cuenta con servicios de IVE, aquí no importa el número de semanas de gestación cuando el embarazo es producto de una violencia sexual, esto de acuerdo con la “NOM-046-SSA2-2005. Violencia familiar, sexual y contra las mujeres", que también ampara que, en este contexto, la denuncia no sea necesaria; es decir, las mujeres, adolescentes y niñas mayores de 12 años víctimas de violación sexual, pueden solicitar interrumpir el embarazo bajo protesta de decir la verdad.
En cambio, el servicio de ILE (Interrupción Legal del Embarazo) se otorga, sin importar la causal, hasta la semana 12 de gestación sólo en los estados donde el aborto ya fue legalizado.
En Coahuila, según el Banco Estatal de Datos Sobre Violencia Contra las Mujeres y Niñas, en el 2021 se registraron 88 casos de ILE, en el 2022 se contabilizaron 533 y en el 2023 fueron 144. Específicamente en Torreón, según información obtenida por transparencia, la Secretaría de Salud de Coahuila reportó que, durante el 2022 se realizaron 216, en el 2023 fueron 117 y en el presente año, hasta el 18 de abril, ya sumaban 27.
Por otro lado, respecto al personal capacitado para brindar esta atención, el Centro de Salud Urbano Abastos de Torreón cuenta con sólo tres profesionales que atienden en primera línea la Interrupción Legal del Embarazo. “Estamos la enfermera y yo. Aparte del médico general, que es el primer contacto”.
En ese sentido, Chávez Herrera mencionó que en Torreón son pocos los doctores y doctoras que son pro aborto. “Somos pocos ginecólogos, como seis o siete aquí en Torreón, que somos no objetores de conciencia”, es decir, que sus convicciones éticas, religiosas o morales no influyen en su práctica médica.
Contrario a la objeción de conciencia, que se entiende como la negativa a acatar órdenes, leyes o a realizar actos o servicios invocando motivos éticos o religiosos; en este caso al rechazar el aborto, existe la resistencia a practicarlo.
En abril del presente año la Secretaría de Salud de Coahuila respondió por transparencia que no contaba con el registro de cuántos médicos no objetores de consciencia había actualmente en el estado, debido a que, explicó, el 20 de septiembre del 2021 las y los ministros de la SCJN declararon la invalidez del articulo 10 bis de la Ley General de Salud por no establecer límites claros al ejercicio de objeción de conciencia por parte de profesionales de la salud, lo que podría poner en riesgo algunos derechos; por ejemplo, como el que ahora tienen las mujeres coahuilenses de decidir sobre su cuerpo.
Sin embargo en junio del año pasado, la misma dependencia informó, también por transparencia, que en todo el estado de Coahuila había un registro de sólo 37 médicos no objetores de conciencia, de los cuales, seis profesaban en Torreón.
Erika Chávez, que es no objetora de conciencia, por último, cuestionada por la falta de información oficial que existe en la región sobre el aborto seguro, compartió que antes, afuera de la clínica, sí se ubicaba un lona anunciando que ahí se ofrecía el servicio de ILE, la cual tuvieron que quitar porque a diario, narró, llegaban manifestantes pro vida a intentar a que las mujeres que acudían con intenciones de abortar no cumplieran su cometido. Por esa razón pareciera que la única unidad habilitada en Torreón para brindar el servicio de aborto seguro ya no cumple con esa función.
Sólo como dato, según la encuesta aplicada, a la pregunta ¿Crees que las dependencias gubernamentales de salud brindan información oportuna respecto al aborto seguro? El 98.1 de las mujeres contestó que no.
LA LABOR DE ACOMPAÑANTES LAGUNA
Gin, Elena y Margarita, integrantes del colectivo Acompañantes Laguna han asistido a mujeres antes y después de que se penalizara el aborto en Coahuila, y para contestar a la pregunta ¿A qué se enfrentan ahora que ya es un derecho constitucional? Este diario les realizó algunas preguntas.
Para empezar, Elena observa que la demanda que tenían no disminuyó, el que ahora sea legal en en Coahuila no les significó mucho en cuestión de atención.
Simplemente, desde febrero 2022 a julio 2024, Acompañantes Laguna cuenta con 1003 registros. De los cuales el 70% fueron mujeres de Coahuila y 26% de Durango, y el 4% restante de otros estados. En lo que va del año registran ya 189 procesos de aborto. Es decir, las mujeres coahuilenses siguen buscando su asistencia a pesar de que en Torreón se ubica una clínica pública que ofrece el servicio de manera gratuita.
“Lo malo de esa veintiúnica clínica es que a veces no opera, porque recibe fondos federales que a veces no llegan, y hay unas temporadas en las que cierran. Este año, si mal no recuerdo, empezó a operar hasta marzo. Otras veces también presenta desabasto de medicamento”, refirió Elena.
Otro de los escenarios a los que en un principio se enfrentaron, manifestó Gin, fue con el trato que las usuarias recibían en esa clínica. Por ejemplo, manifestaban que las secretarias les hacían malas caras, o las hacían esperar mucho tiempo, también les pedían en exceso copias de documentos, es decir, reinaba la burocracia. “Recuerdo que una de las compañeras tuvo que ir a hablar con el director de la clínica porque estaban poniendo muchas trabas para que las mujeres pudieran acceder a un aborto seguro”.
“El cometido de toda instancia burocrática es hacernos desistir de un derecho que por ley tenemos”, expresó Elena.
Por su parte, Margarita, que también asiste en el colectivo que cabe mencionar, no sólo cumple con la función de acompañar, sino también se somete a diversas capacitaciones para poder brindar un mejor servicio desde la independencia, opinó que “a pesar de que ya está despenalizado (el aborto), los servicios públicos son ineficientes para brindar el servicio ILE”.
Por todo lo anterior es que el trabajo de Acompañantes Laguna no desiste. Actualmente son 38 mujeres, de diferentes profesiones, las que asisten a otras mujeres en el proceso de un aborto seguro. A pesar de que ellas no reciben fondos, cuentan con un banco de medicamentos y en ocasiones han logrado acceder al fondeo de organismos que velan por la misma causa.
No claudican, y aunque están conscientes de que el aborto no es un tema sencillo de poner sobre la mesa, en su lucha ya han podido modificar códigos y leyes para que las mujeres puedan decidir sobre sus propios cuerpos sin tener que enfrentar consecuencias legales.
Gin, Elena y Margarita manifiestan que haber logrado la legalización del aborto aquel 7 de septiembre del 2021 en el estado es un gran paso, lo que seguiría, según sus voces, es que la sociedad, también, termine por despenalizarlo.