Arquitectura del desierto
El hombre siempre ha buscado la soledad y el desierto representa un mundo aparte. El silencio, la calma y la paz aquí gestadas son únicas. Así como el día de hoy se está todo el tiempo conectado a las redes, el hombre también necesita de la quietud.
Son conocidos los maestros que acudieron al desierto y buscaron en retiros su encuentro con el verdadero Dios. Estos religiosos llevaban una vida de oración dentro de cuevas o monasterios construidos exprofeso, buscaban la perfección espiritual en estos lugares y la encontró de muchas maneras.
La fuga mundi hace evocar a Torreón, urbe enclavada en el desierto de Chihuahua, como un lugar de encuentros y de alejamientos, de perfeccionamientos y de realización. Se necesita una mirada aguda para cambiar la ciudad y su arquitectura contemporánea tan poco relevante. Un comienzo puede ser enfocarse en la flora y fauna del desierto; las cactáceas y suculentas como el puerto de una gran aventura del saber.
Para ello, es necesario estudiar y aprender de otras civilizaciones que ha nacido en el desierto como Arizona, Túnez, Argelia, Marruecos, Las Vegas, Dubái, El Cairo y muchas más. Este diálogo entre la sociedad torreonense y el desierto podría comenzar por la arquitectura y el urbanismo, pero tendría que permear con el paso del tiempo en el resto de los aspectos cotidianos de sus habitantes.
Hassan Fathy y la arquitectura de los pobres
Uno de los casos de éxito en el uso de la arquitectura de tierra es la obra completa del arquitecto egipcio Hassan Fathy. Su libro de arquitectura para los pobres es una obra digna de leer, releerse y estudiarse. No debe confundirse la idea de que la arquitectura tradicional es necesariamente para personas de escasos recursos. Emplear la tierra puede generar obras de arquitectura pasiva (con una reducción del uso de excesivo de máquinas que ahorrarían mucho las tarifas de consumo, por cierto) con un diseño que podría ir desde lo más tradicional o conservador hasta soluciones contemporáneas o de vanguardia. La obra de Fathy representa para un servidor la plataforma para tocar una gama amplia de soluciones del siglo XXI. No es para nada una añoranza por lo viejo, por lo antiguo o de cierta manera la revaloración de una visión retrógrada. Fathy, ganador del premio Agan Khan (1980), representa una plataforma para llegar a nuevas alturas en el desierto lagunero.
Shibam, la Manhattan del Desierto
Además de la obra de grandes arquitectos que han visto en el desierto un gran campo de acción, tenemos en todo el mundo ejemplos de ciudades en este clima como el nuestro. En Yemen, por ejemplo, la ciudad vieja amurallada de Shibam es gran ejemplo favorito. Conocida como la Manhattan del Desierto, es una ciudad de unos siete mil habitantes y existe información de que data del siglo II antes de Cristo.
Esta importante urbe en la ruta del incienso está construida enteramente de adobe. Su arquitectura se caracteriza por la presencia de edificios de varios niveles y con estrechas vialidades, las cuales intencionalmente generan paseos con sombra para los peatones. Los edificios más antiguos de la ciudad son del siglo XVI, algunos alcanzan hasta 16 niveles y 40 metros de altura. Un minarete de 50 metros supone su edificio más alto, mismo que forma parte del Patrimonio Mundial de la Unesco desde 1982. Igualmente, Shibam representa una serie de lecciones que se tendrían que tomar en cuenta en La Laguna.
Arizona y sus firmas de arquitectura
Como hemos dicho anteriormente, existe entre la Laguna y los estados fronterizos un vínculo real y profundo. Esta relación de regiones incluye la forma de hacer arquitectura y ciudad. Por lo anterior, es necesario estudiar y conocer obra que actualmente se realiza en el estado de Arizona. Por ejemplo, destaca la firma Dust Architecture. Sus arquitecturas promueven el uso del adobe, muros de tierra comprimida, madera, metales aparentes y mobiliario de alto diseño que se adapta perfectamente al desierto. Este dialogo se logra a partir de valorar y entender las condiciones del desierto de Sonora. En nuestro caso vivimos en el desierto de Chihuahua que es muy similar y con un clima definido como un semidesértico cálido por el Instituto Americano de Arquitectos (AIA). Estudiar las firmas que utilizan la Arquitectura del desierto es imperativo para nosotros.
Fábrica Renault de Ricardo Legorreta
Dentro de La Laguna, existe un proyecto de 1984 muestra cómo debe realizarse la arquitectura mexicana integrada al entorno desértico. Se trata de la fábrica de motores Renault, diseñada por el desaparecido arquitecto mexicano Ricardo Legorreta (1931-2011). Por desgracia, este conjunto de edificios ha dejado de cumplir su función original de fábrica de motores y se ha dividido en varias partes para ser arrendadas por sus dueños actuales. Es imperativa una restauración y rehabilitación integral del mismo, que esperemos que algún día se realice. Legorreta logró conjuntar lo mejor de la influencia de Luis Barragán y la suya propia para crear una obra que logró tener un diálogo franco con nuestro entorno. A partir del uso de edificios coloridos, abstractos, con flora desértica, con el uso de piedra bola, parasoles y muchos recursos más este conjunto a pesar de su estado deplorable actual sigue siendo una de las pocas obras de autor de renombre con las que contamos. Esta fábrica es un caso de estudio local de esta arquitectura del desierto que tanto se necesita.
Diálogo entre Barragán y con el desierto marroquí
El mundo de Luis Barragán ha sido ampliamente discutido. Una de las experiencias más significativas que vivió el Pritzker mexicano fue conocer los casbahs marroquíes y el contacto con el desierto del norte de África. Vale la pena mencionar que siempre consideró a estas fortalezas o fortificaciones, construidas con tierra, perfectamente integradas paisajísticamente con su entorno. Una coincidencia interesante es que el amplio significado de Casbah es Torreón, casco antiguo, atalaya o blocao. Esto hace recordar que la primera hacienda del Torreón era igualmente una fortaleza, la cual buscaba brindar seguridad a sus habitantes. Gracias a este testimonio de Barragán y a esta arquitectura de tierra, se puede entender que el elemento amarra cualquier edificio a su suelo, a sus raíces. Por lo tanto el desierto de Marruecos y el testimonio de don Luis, resaltan la necesidad paisajista de estas construcciones, además de ser soluciones pasivas inigualables y asequibles.
Integración del desierto y la arquitectura
En el diseño de la ciudad y los edificios dentro del desierto no hay recetas para soluciones como la que los arquitectos crean en otros ecosistemas. No obstante, se puede decir que existen lineamientos claros, dignos de respetarse de acuerdo a las condiciones y el medio físico donde se habita.
Nunca serán las mismas soluciones las planteadas para climas templados o fríos que para climas extremosos como el de Torreón. Por eso es inviable copiar estrategias de otras latitudes o arquitectos, sin tomar en cuenta el tema local. A esta habilidad de integrar soluciones investigadas de otros sitios se conoce como “tropicalizalización”.
Cuando un profesional estudia a fondo las diversas soluciones y las aplica de acuerdo con su realidad, logra crear una solución única para el sitio y las condiciones de este. Eso debe aplicarse en Torreón, no copiar, sino filtrar las soluciones de otros lugares y casos de éxito para luego ponerlas en marcha. A final del día, lo correcto es que la ciudad y el desierto sean uno mismo, una especie de eterno matrimonio feliz.