¿Cómo se ve el TEA?
Los trastornos del espectro autista (TEA) son un conjunto de alteraciones neurológicas en los infantes, lo que provoca problemas de comunicación e interacción social, además de conductas o intereses atípicos, menciona el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
Se estima que alrededor del mundo aproximadamente uno de cada 100 niños tiene autismo, según datos de la Organización Mundial de la Salud. Prevalencia que va a la alta de acuerdo con un análisis publicado en el Informe Semanal de Morbilidad y Mortalidad (MMWR) del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC ). Dicho análisis detalla que, en el 2023, la incidencia del autismo de 11 comunidades pertenecientes a la Red de Vigilancia del Autismo y las Discapacidades del Desarrollo (ADDM) aumentó 0.5 puntos porcentuales a comparación del 2018.
El aumento de incidencia pone en la mira al TEA como un problema de salud pública que exige su reconocimiento con motivo de atención e inclusión.
¿Qué lo causa?
A menudo aparece dentro de los primeros tres años de vida y los síntomas cambian con el desarrollo, por lo que su diagnóstico también será basado en gran parte a la información histórica.
La Scientific Electronic Library Online (SciELO) señala que existen múltiples factores que aumentan la probabilidad de tener autismo como los genéticos, ambientales, inmunológicos, perinatales, psicopatológicos y del neurodesarrollo. Además, refiere que las cantidades elevadas de ácido fólico durante el embarazo puede aumentar el riesgo de presentar TEA. En suma, está relacionado con diversos factores que pueden presentarse de forma individual, así como interrelacionados, por lo que se cataloga como un espectro heterogéneo.
Síntomas
La Biblioteca Nacional de Medicina indica que es posible sospechar de los signos y síntomas a partir de los 18 meses de edad, los cuales pueden variar de moderados a graves. En algunos casos, los infantes pueden parecer normales previo al primer o segundo año, después pierden repentinamente las habilidades sociales o de lenguaje que ya se habían adquirido.
La sensibilidad sensorial juega un papel importante en las personas autistas debido a que los estímulos del ambiente pueden resultarles molestos o incluso dolorosos. Además, suelen disgustarse por la modificación de las rutinas, repiten movimientos corporales una y otra vez, y desarrollan apego hacia algunos objetos.
Comunicación
En edad avanzada, son incapaces de mantener una conversación a causa del lento o nulo desarrollo del lenguaje. No se refieren a sí mismo de forma correcta, por ejemplo, al decir ‘¿Quieres pastel?’ en realidad se refiere a ‘Quiero pastel’. Entienden el lenguaje de manera literal, por lo que muestran dificultad para entender las bromas o sarcasmo.
Utilizan gestos en lugar de palabras, sin embargo, pueden repetir determinadas palabras o memorizar pasajes. No ajustan la mirada para observar objetos que los demás miran y no señalan para mostrarle objetos a otras personas.
Interacción social
Puede no ser capaz de mostrar empatía, tratar a los otros como objetos y es posible que no responda o evite el contacto visual o las sonrisas, lo que se deriva en una persona retraída que no hace amigos ni participa en juegos interactivos. Por lo general prefieren estar solos en lugar de estar con otros.
Respuesta a la información sensorial
Lleva sus manos a los oídos en respuesta a la molestia o dolor que le causan los sonidos. Asimismo, puede presentar sentidos agudizados o muy bajos. También puede evitar el contacto físico por parecerle demasiado estimulante o abrumador. Pueden frotar superficies y llevarse objetos a la boca.
Problemas al jugar
No muestra interés en el juego que implique imaginación o actuación, prefiere un juego en el que exista una rutina o que sea solitario. Aunado a esto, no imita las acciones de otras personas.
Comportamiento
Tiene un periodo de atención breve por lo que lo más óptimo para la persona con espectro autista es dedicarse a una sola tarea. Además, tiene intereses restringidos y muestra una gran necesidad porque las cosas se mantengan iguales.
Puede actuar con ataques de cólera intensos, derivando en agresión hacia él o ella misma o hacia otras personas.
Existen cinco grados o tipos que comprenden el espectro autista dependiendo la gravedad de los síntomas y el nivel de dependencia:
Para su diagnóstico es necesaria la evaluación de la conducta del niño y su desarrollo. Alrededor de los dos años se puede considerar un diagnóstico confiable, sin embargo, existen muchos casos donde reciben un diagnóstico definitivo hasta que tienen más edad.
El CDC sugiere que los especialistas pueden diagnosticar el TEA a base del monitoreo y pruebas del desarrollo. Los profesionales que pueden llevarlo a cabo deben estar capacitados para continuar una adecuada evaluación de desarrollo: