¿Qué es y cómo trabajar la crianza compartida?
Cada vez más se reconoce la importancia de la participación activa de ambos padres en la crianza de los hijos por los beneficios que tiene. La crianza compartida, también conocida como coparentalidad, se refiere a la colaboración continua entre padres, ya sea en el mismo hogar o en diferentes lugares, para criar y cuidar a sus hijos.
Esta forma de crianza no sólo beneficia el desarrollo integral del niño o la niña, sino que también fortalece los lazos emocionales entre los padres y fomenta una mayor igualdad de género en el hogar.
Este tipo de crianza puede tener un impacto significativo en el vínculo emocional entre padres e hijos. Cuando ambos progenitores participan activamente en la crianza, los niños tienen la oportunidad de desarrollar relaciones cercanas y significativas con ambos. Esto les brinda un sentido de seguridad emocional y pertenencia, ya que saben que cuentan con el apoyo y el amor de ambos padres.
Además, la crianza compartida puede ayudar a evitar la alienación parental, un fenómeno en el que uno de los padres se ve excluido de la vida del niño después de una separación o divorcio. Al mantener una participación equitativa en la crianza, los padres pueden trabajar juntos para garantizar que el niño o la niña mantenga una relación saludable con ambos, lo que reduce el riesgo de conflicto y trauma emocional para el niño.
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La buena crianza se asocia al desarrollo de apego seguro en los menores¿Cómo realizar la crianza compartida?
La coparentalidad requiere comunicación, cooperación y compromiso por parte de ambos padres. Algunas estrategias clave para implementar con éxito esta práctica son:
La comunicación abierta y respetuosa: Establecer canales de comunicación efectivos es lo primordial. Los padres deben ser transparentes entre sí sobre las necesidades y preocupaciones del niño, así como sobre los aspectos prácticos de la crianza, como horarios y responsabilidades.
Flexibilidad y compromiso: Es importante ser flexible y adaptarse a las necesidades cambiantes del niño y de la familia en general. Esto puede implicar ajustar los horarios de crianza para acomodar las actividades del niño o las obligaciones laborales de los padres.
Coordinación en la educación y disciplina: Los padres deben establecer reglas y límites consistentes en ambos hogares para garantizar la estabilidad y seguridad del niño. Esto requiere una comunicación constante y una cooperación para abordar los desafíos de crianza de manera conjunta.
Fomentar la participación activa de ambos padres: Es importante que ambos padres estén involucrados en todas las facetas de la vida del niño, incluyendo la educación, la salud y las actividades extracurriculares. Esto ayuda a garantizar que el niño se beneficie de la influencia y el amor de ambos padres.
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Sus propiedades van más allá del uso culinarioAmplios beneficios
Especialistas en psicología y desarrollo infantil reiteran que la crianza compartida ha demostrado tener una serie de beneficios para los niños, como:
Además, investigaciones han encontrado que la crianza compartida puede tener beneficios significativos para los padres, incluyendo una mayor satisfacción con la crianza y una menor probabilidad de conflicto post-separación.